La gran mayoría de huamachuquinos, por no decir todos, coincidimos en la urgente necesidad de contar con una propia Universidad. Razones sobran al respecto: el invalorable aporte historio y cultural a la región y al país, la dinámica demográfica de nuestra provincia de Sánchez Carrión, somos la segunda en población después de Trujillo, el incremento del flujo financiero y comercial al concentrar actividades económicas emergentes como la minería, tanto formal como informal, que genera actividades conexas y que constituyen focos de atracción para muchos migrantes de distritos y provincias vecinas y aun de regiones alejadas del país; asimismo, el enorme porcentaje de jóvenes que cada año terminan sus estudios secundarios y para la mayoría de ellos, la oferta educativa es insuficiente y, en consecuencia, no tienen opciones profesionales que los permitan forjarse un futuro, entre otras razones de peso.
Pero, también hay un aspecto muy importante en el cual debemos coincidir: la creación de la Universidad Ciro Alegría, no debe convertirse en el caballito de batalla de alguno de los aspirantes al Congreso que, en aras de jalar agua para su molino, visitan Huamachuco en estos tiempos. El actual desafío de plasmar en la realidad esta ansiada Universidad, debe ser un objetivo que nos una, que conjuncione acciones y esfuerzos y no que nos divida
y particularice intereses políticos y partidarios.
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