Por un Futuro Diferente

Luis Peña Rebaza

luisprebaza1@hotmail.com

Calentando el escenario político, Alan García expresó enteriormente su deseo de que el próximo gobernante del país sea un aprista al asegurar que el representante del oficialismo será el outsider de las próximas elecciones. “El outsider será aprista, esa es mi idea”, señaló García en una entrevista.

“En todas las encuestas hay un vacío. Hay una presencia oculta sin nombre que se llama Partido Aprista Peruano y que tal vez vaya a segunda vuelta”, acotó.

Ahora resulta que tenemos con nosostros a un rival de la antigua Pitonisa griega, la cual en el famoso Oráculo de Delfos preveía el inmediato futuro.

En este caso la nueva pitonisa es bastante voluminosa, pero, no es la única y enorme diferencia existente entre la legendaria Pitonisa y la contemporánea que se acaba de estrenar. A la primera, para ser elegida se le exigía que su vida y sus costumbres fueran irreprochables. Requisito que, muy difícilmente cumple el actual inquilino del ejecutivo. Además, el nombramiento de la adivina era vitalicio y se comprometía a vivir para siempre en el santuario, quizá es esta segunda faceta la que adormece, endulza y seduce a la gorda pitonisa que añora continuar en el santuario, léase palacio de gobierno.

Sin duda, la flamante y soberbia pitonisa confía en que los peruanos, una vez más, suframos de pronto una muy prematura amnesia colectiva y así lo que antes demoró casi quince años en digerir, perdonar y olvidar, ahora lo haga en el escaso año y dos meses que aún resta de su gobierno. Solo esto explica el tremendo e irreal optimismo que lo invade, conociendo los vergonzosos faenones efectuados en las más altas esferas y para los cuales, “curiosamente”, hasta hoy no existe una ejemplar condena por parte de los tremendos jueces, la repudiable amnistía al mafioso Crousillat, luego revocada ante el unanime repudio de la población. Ni que decir del pésimo congreso que, sin dudas ni murmuraciones, es el peor de la historia y que, encabezado por el oficialismo, recibe el escupitajo de más del noventa por ciento de la población. Un pestilente congreso donde abundan los semanales escándalos antes que las escasas leyes en beneficio del país.

No continúo en esta cruda, aunque poco optimista reseña, tan solo anhelo que la verdadera pitonisa nos augure un auténtico futuro diferente para todos los peruanos y, en especial, para los liberteños y huamachuquinos.