No es una danza de coreografía, sino de vocación religiosa. Sólo hacen su aparición en la fiesta en honor al Seráfico San Francisco de Asís.
Visten una capa de color marrón con ribetes blancos, en la cabeza llevan una boina marrón con una franja blanca al centro, en la boca llevan un clavel
rojo. Van descalzos y pintados la cara, brazos, piernas y pies de color negro, éste se obtiene de combinar vaselina con humo de pez.
Su baile es al compás de una banda de músicos que interpreta un clásico huaynito cuando hacen su recorrido visitando a los diferentes altares levantados en ocasión de la festividad (4 de octubre).
Está conformada por hombres, mujeres y niños de todas la edades que son devotos del Santo. Se desconoce cuando y quien lo creó, la tradición nos la presenta a través de una leyenda.
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